Observamos como para los agentes públicos, nuestra presencia como “observadores externos” les hace reaccionar, les resta la impunidad y la libertad de disposición sobre la vida de las personas en movimiento que acuden a sus ventanillas.
Ojalá muy pronto esto deje de ser así y se les trate con el rigor, la dignidad y el respeto que merecen todas ellas, pero mientras siga sucediendo, queremos seguir estando a su lado. Cerca de ellos y ellas, delante de la institución que sea necesario para vigilar el respeto a la ley y los derechos humanos.
No siempre sucede así, pero la pasada semana han salido bien las cosas para varias personas en movimiento con las que trabajamos y, por lo tanto, también para nosotras.
Creemos que es bonito compartir todo lo que se vive en esta realidad, lo más duro pero también lo que nos motiva a seguir peleando entre tanta injusticia.
Aquí la denuncia de la constante vulneración de derechos humanos en Melilla.
Aquí la reseña del chute de energía que supone que su defensa los imponga. #EsLoJusto
Una de nuestras labores en el proyecto Frontera Sur de Melilla es hacer acompañamientos y ayudar a los chicos y chicas migrantes con la tramitación de su documentación. En muchas ocasiones existen situaciones de discriminación administrativa contra estas personas, por lo que nuestra presencia hace que haya un poco más de presión y responsabilidad por parte de la administración.
Lo hemos vuelto a comprobar la semana pasada: Acompañamos a dos chicos con toda la documentación necesaria para poder viajar a península. Estos acompañamientos al puerto de Melilla son importantes porque en muchas ocasiones en el control de seguridad de la puerta de embarque se les niega la entrada al barco, insistimos, aún teniendo toda la documentación en regla.
De hecho, en este caso fue así: Estos chicos cumplían con los requisitos establecidos por la ley para poder embarcar hasta la península, también cumplían con las directrices marcadas por las restricciones sanitarias, pero fueron rechazados en el control de documentación del puerto. En esta ocasión, el pretexto para ello fue que la cita médica a la que acudía uno de los chicos distaba varios días del día del viaje, y que no tenía pasaporte.
Hemos comprobado como ante situaciones así, resulta vital nuestra presencia para evitar estos abusos por parte de la policía, que intenta pedir multitud de requisitos con tal de no dejar pasar a estas personas. Nos parece injusto este trato tan arbitrario y que no valga con una documentación en regla para poder pasar, pero nos alegra enormemente haber podido estar con ellos allí, bien informados y con conocimiento al respecto de lo que indica la legislación vigente para que finalmente pudieran pasar.
Además de los acompañamientos al puerto del equipo de voluntarios/as que estamos en Melilla, también los realizamos a las distintas oficinas administrativas como es en Extranjería, Consejería, Policía Nacional... Se trata de acompañamientos/asesoramiento a los chicos y chicas migrantes para, por ejemplo, gestionar su solicitud de la tarjeta de identificación de extranjeros. Este trámite conlleva una puesta de huellas en un documento, y es habitualmente un trámite difícil por toda la documentación que se debe presentar a la Oficina de Extranjería, por lo que, la ayuda de nuestra parte, con el conocimiento legal que tenemos, agiliza el proceso.
Somos conscientes de que ya de por sí, todos estos trámites son complicados para cualquier persona que no tenga conocimientos administrativos. Si le sumamos que para estas personas el español no es su lengua materna y que no están familiarizados con los procedimientos burocráticos españoles, todos estos procesos se acaban convirtiendo en verdaderos laberintos de incertidumbre y confusión para la mayoría. A esto sumamos, como mencionábamos anteriormente, que en estas instituciones se ejerce violencia administrativa discriminatoria contra las personas en movimiento que intentan cumplir los trámites burocráticos necesarios para poder seguir con sus vidas.
Observamos como a los agentes públicos, el hecho de que haya “observadores externos” les hace reaccionar, les resta la impunidad y la libertad de disposición sobre la vida de las personas en movimiento que acuden a sus ventanillas
Ojalá muy pronto esto deje de ser así y se les trate con el rigor, la dignidad y el respeto que merecen todas ellas, pero mientras siga sucediendo, queremos seguir estando a su lado. Cerca de ellos y ellas vs delante de la institución que sea necesario para vigilar el respeto a la ley y los derechos humanos.
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