Melilla, 27 de agosto de 2024
Descripción de los hechos:
El día 25 de agosto del 2024 a las 15.59 se observa desde la zona de Playa Nueva una embarcación de la Gendarmería Marítima marroquí persiguiendo a una embarcación de color oscuro y con varias personas en su interior. A la altura de Aguadú (aguas territoriales de Melilla), una patrulla del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil procedente del puerto de Melilla intercepta a dicha embarcación, haciendo visible la diferencia de tamaño entre las dos. La embarcación de los GEAS puede llegar a medir 10 metros.
Durante las maniobras que ejecutan conjuntamente los dos cuerpos policiales marítimos, el de la Guardia Civil y el de la Gendarmería, para alcanzar a la embarcación, los GEAS impactan fuertemente contra dicha embarcación pasándole por encima. Varios testigos que se encuentran en la playa (Playa Nueva y Aguadú) observan y escuchan el ruido del impacto. En diversos videos grabados por testigos se aprecia que al menos una persona es arrollada al agua durante el impacto.
Se contacta y se envía el vídeo con las imágenes a Salvamento Marítimo, a lo que responden que se trata de una operación de la Guardia Civil y que no hay personas en el agua, por lo que no intervendrán. Seguidamente, una embarcación de color rojizo, posiblemente del servicio de Salvamento Acuático y Socorrismo de Melilla, se acerca a la playa de Aguadú pero no realiza ninguna operación.
Mientras una de las embarcaciones de los cuerpos policiales se dirige hacia el oeste con al menos una persona a bordo que porta chaleco salvavidas, la otra embarcación de los GEAS se mantiene próxima a la embarcación embestida realizando diferentes maniobras hasta que finalmente es remolcada. En las inmediaciones donde se produce la colisión, se observan desde la orilla alrededor de 10 chalecos salvavidas flotando en el mar, sin quedar claro en ningún momento cuántas personas se encontraban inicialmente en la embarcación embestida ni cuántas se encuentran en el agua después del impacto.
Se desconoce hasta el momento el paradero y el estado de salud de las personas que iban a bordo de la embarcación interceptada, así como el número de las mismas. Desde la Delegación de Gobierno en Melilla no se ha hecho ningún comunicado para esclarecer los hechos ocurridos ni se ha iniciado una investigación pública. Además, algunos bañistas que fueron testigos de lo ocurrido declaran que agentes de la Guardia Civil de tierra se les acercaron para instarlos a que borraran las pruebas gráficas que pudieran tener de los hechos.
Requerimientos y exigencias:
Se exige que se abra una investigación y el esclarecimiento de los hechos del día 25 de agosto referidos en el cuerpo de este comunicado, así como una explicación detallada de la actuación de la Guardia Civil sobre la embarcación que llevaba varias personas.
Se exige conocer el número de personas que iban a bordo de la embarcación, cuántas de ellas fueron rescatadas y cuál es su estado de salud.
Se exige conocer cuál es el paradero de estas personas y si han sido devueltas ilegalmente a Marruecos, realizando devoluciones en caliente. Entendiendo en tal caso, que no se han aplicado los procedimientos jurídicos establecidos por los reglamentos internacionales. En caso de no haber sido devueltas, exigimos conocer si las personas que han llegado han tenido asistencia letrada.
El porqué de la presencia de la lancha marroquí en aguas españolas y cooperación en el patrullaje y las intervenciones.
Pasadas más de 24h desde los hechos ocurridos sigue sin conocerse qué pasó con las personas de la embarcación. ¿Cuántas son? ¿Dónde están? ¿Cómo están? ¿Conocen las autoridades la edad de las personas de la embarcación para así respetar y garantizar el interés superior del niño o la niña que podía viajar en dicha embarcación?
El Estado Español tiene la obligación de brindar las condiciones adecuadas para realizar evaluaciones individuales y exhaustivas de cada situación a fin de asegurarse de las posibles situaciones de vulnerabilidad que sufren las personas y de las potenciales solicitantes de asilo. Por esto mismo, ante cualquier devolución “en caliente” o “colectiva”, enmarcadas dentro de la ilegalidad por no respetar la legislación internacional hablamos lisa y llanamente de vulneración de derechos humanos.
En referencia a la actuación de la lancha marroquí en aguas españolas, visible incluso desde la arena de la playa, en lo que parecía una acción coordinada con la patrulla de los GEAS, ¿que hacía una lancha con bandera marroquí en estas aguas? Se confirma de esta manera cómo la soberanía que ejercen los estados importa de forma selectiva y como los cuerpos de policía del estado español y marroquí se coordinan para ejecutar acciones.
Recordamos, también, que el artículo 94 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM) establece que los Estados tienen la obligación de investigar accidentes de navegación y colisiones en el mar que involucren a embarcaciones bajo su bandera. En este caso, por tanto, el estado español está obligado a proporcionar información y aclaraciones sobre las circunstancias de lo ocurrido.
Sigue habiendo demasiados interrogantes que buscan ser contestados y en medio de ellos, algunas certezas: el repudiable accionar del Estado en plena luz del día y a ojos de la ciudadanía y la complicidad e irresponsabilidad periodística a su servicio.
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