Omar tiene 8 años.
No alcanza el metro y medio de altura y ya ha puesto en riesgo su vida en varias ocasiones por aspirar a vivir dignamente.
Primero, a falta de #víasseguras, se ha visto forzado a saltar al mar y nadar con todas sus fuerzas desde Beni Ensar hasta #Melilla. Son muy pocos los kilómetros que separan una orilla y otra, pero suponen seis horas de nado mar adentro para evitar ser visto por las fuerzas de seguridad.
Una vez allí, herido pero vivo, optó por no entrar en los centros de menores de la ciudad autónoma: Omar es un sólo un niño, pero está informado y en las calles de Melilla, donde vive, nos cuenta que sabe por familiares y amigos lo que supone el paso por esos centros y que conoce de la violencia administrativa que sufren los menores que pasan por ellos (en su mayoría cumplen 18 años y salen de las instituciones sin su documentación tramitada para poder legalizar su situación en Europa).
Con 8 años Omar vive en la calle, duerme en la calle, se alimenta en la calle. Crece en ellas... y cada noche, sin más vías legales para ello, va al puerto, mira los barcos, busca posiciones, opciones, rincones, e intenta camuflarse en alguno de ellos. Hasta que lo consigue. Otros niñxs perdieron la vida intentándolo.
Desconocemos cuántas veces intentó esconderse en uno de los ferrys que parten desde Melilla para llegar camuflado a la península, si llegó herido, si fue sólo, si pasó miedo.
Risky lo llaman, y para muchos niñx en movimiento en Melilla se plantea como la única opción viable para alcanzar derechos, dignidad y un futuro que construir en la península ibérica.
Por más que sea una práctica enormemente peligrosa e insegura.
Por más que haya costado tantas vidas.
Pensamos en Omar, en qué siente un niño escondido en un barco durante horas con 8 años. A oscuras.
Pensamos en la preocupación de su familia y en la difícil decisión de la partida...a solas o de manera comunitaria.
Pensamos y la situación de partida en su hogar para que Omar decida lanzarse al mar, a nado primero, camuflado después, para intentar sin garantías aspirar a vivir mejor y, probablemente, apoyar a su familia. Algún día.
Omar es un niño de 8 años.
¿Te recuerdas con esa edad?
Busca un recuerdo de aquel tiempo.
Luego piensa en Omar.
¿Qué sientes?
Reivindicamos los #DerechosDelNiñx a poder serlo para todxs, en todo el mundo.
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